A MI GENTE DE LA UDO-CANTAURA (y a todo aquél que quiera leerlo): tenía días pensando escribir estas líneas; quería hacer lo que no hice “abiertamente” en su momento y ello fue despedirme de la Universidad de Oriente-Extensión Cantaura y de todas las personas que de una u otra forma me acompañaron en estos casi 3 años de docencia universitaria y de tránsito por ese cálido lugar, conocido tradicion
almente como Chamariapa.
Cuando llegué a Cantaura en el 2009 lo hice como lo he hecho siempre en todos mis viajes: con una maleta de sueños por cumplir y metas por lograr en el tiempo que Dios dispusiera para ello. Hoy, casi 3 años después de aquel momento, paso la página llamado UDO-Cantaura, de la que orgullosamente formé parte desde sus inicios como personal docente fundador, y de la que sé que saldrán excelentes contadores e ingenieros civiles para aportarle a la Venezuela que todos construimos día a día.
A mis estudiantes, mi cariño eterno por haberme permitido entrar a sus vidas, así fuere desde la parte delantera de un salón de clases con la diferencia marcada entre lenguaje, lengua y habla … (Unidad 1 / 25 % Parcial, lo recuerdan? ;). Es cierto que no los recuerdo a todos (por mis manos pasaron al menos 800 estudiantes y no tengo memoria de elefante), pero sí recuerdo cada grupo semestral con nostalgia y cariño. Para ustedes, ¡siempre seré su profe!
Al personal administrativo, obrero y directivo de la UDO, mi agradecimiento por haberme enseñado tanto sobre relaciones humanas y convivencia, pero también del significado de palabras como “paciencia”, “silencio” y “espera”… Profundamente agradecida por fortalecer mi espíritu y mi temple. Sin duda alguna, soy más fuerte ahora y ello se los debo a ustedes.
A mis colegas, la exhortación a que continúen tan noble rol desde las aulas de la Universidad de Oriente. Mi respeto a todos ustedes por permanecer en la lucha universitaria y por seguir creyendo en el proyecto udista. Gracias por todo lo que aportaron a mi vida en vivencias, conocimiento y aprendizaje.
A mis amigas (os) de Cantaura, esos que la vida me regaló en mi paso por la ciudad y que estuvieron conmigo en las buenas y en las malas, en las rumbitas, cuando había que llorar, cuando había que reir, en mis cumpleaños, en la Feria de la Virgen comiendo pincho a las 2am, ¡en tantas partes!... a ustedes la seguridad de que donde quiera que esté, los llevo en un lugar de mi corazón: Lili (y combo familiar), Popy, Karlita R., Carlitos A., Dickson, Daniel S., Gord, Génesis M., mi compadre, Ingrid, Mary Carmen, Jesús S., la morocha, Yván, y todos los que sé que estoy dejando por fuera en este momento porque mi memoria es pésima, pero no por ello están lejos de mi corazón… ¡gracias totales!
A todos los que creyeron en mí, pero también a los que no creyeron en mí y me hicieron la vida imposible; a todos, sin excepción, ¡muchas gracias!
En el mejor momento de mi vida, gracias a Dios Todopoderoso porque sin Él nada tendría y sólo a Él le debo una vida llena de bendiciones, me despido de ustedes deseándoles éxitos y un futuro promisorio en el camino.
Un fuerte abrazo de su profe, compañera y amiga,
Anny Gio
PD: El que quiera puede compartir este enlace con la gente de la UDO-Cantaura. La carta está totalmente pública.