El joven estadounidense de 16 años, Yaser López, sorprendió a los
médicos que lo atendieron tras llegar al hospital con una lanza de tres
metros hundida en su cráneo, aunque eso sí totalmente consciente.

Según cuenta la crónica del diario ABC de España, al parecer los
hechos se sucedieron repentinamente el 7 de junio, cuando López y uno de
sus amigos se disponían a pescar con un arpón. En ese momento, y según
la versión oficial el arma se detonó y disparó una lanza de más de 5
metros al lado derecho de la cabeza del joven.
Tras el desastre, se avisó a los servicios médicos, que trasladaron
al joven al Hospital Jackson Memorial, de Florida, lo más rápidamente
posible.
Una "lesión sorprendente"
Tras llegar al hospital, López fue atendido por el cirujano George García, que, aún hoy, varios días después del suceso, no puede creer lo que vio. «Es una lesión sorprendente», explicó el doctor, «tener un paciente que llega despierto y hablando con una lanza de tres pies atravesando su cabeza es algo que no se ve todos los días».
Tras llegar al hospital, López fue atendido por el cirujano George García, que, aún hoy, varios días después del suceso, no puede creer lo que vio. «Es una lesión sorprendente», explicó el doctor, «tener un paciente que llega despierto y hablando con una lanza de tres pies atravesando su cabeza es algo que no se ve todos los días».
«La lesión se situaba una pulgada por encima de su ojo derecho»
explicaba García para ilustrar el accidente. «Se podía sentir la punta
de la lanza por debajo de la piel en la parte posterior de su cráneo»
afirmaba el médico.
Además, también influyó en la posibilidad de recuperación del
paciente, según el profesor de cirugía neurológica y director clínico
del programa de neurotrauma Ross Bullock,, el que los jóvenes
resistieran la tentación de tirar de la lanza para arrancarla, lo que
considera un gran error y hubiera podido costar la vida al adolescente.
Secuelas A pesar de la espectacularidad
del accidente, las secuelas para el joven, cuando van casi dos semanas
desde que fue dado de alta, son mucho menores de lo que cabía esperar.
«Sus palabras son en realidad, increíblemente fáciles de entender»,
afirma Bullock disminuyendo la importancia del que podría haber sido el
principal problema después de la operación.